martes, 28 de noviembre de 2017

LIDERES DESTACADOS

La Escuela Popular de Cultura Política Constitucional exalta el trabajo que realizan líderes y activistas que han entregado su tiempo, esfuerzo y sus mejores ideas para contribuir con la concreción de lo que hoy es esta Organización. Además, desarrollan una labor cotidiana, tesonera y valerosa en pro de la ciudad, por desarrollar en la práctica, junto a otras mujeres y hombres en diferentes espacios, los principios e ideales democráticos y constitucionales que promueve la Escuela:


VIRGILIO PALACIO:
Líder y activista social vinculado a la defensa de la Agricultura Familiar; a la defensa del patrimonio ambiental de Medellín en las Mesas Ambientales; construcción y defensa de la participación en los escenarios del Plan de Desarrollo Local de la comuna 10; además de ser un asiduo solidario con las luchas de maestros y trabajadores.

ORLANDO ZAPATA:
Primer Representante Legal de la Corporación Escuela Popular de Cultura Política Constitucional hasta el año 2023 y uno de sus principales gestores e impulsores. Líder social y político con permanencia en Redepaz, Asamblea Constituyente de Antioquia, Mesa por la Vida.

SERGIO JIMENEZ
Veedor y líder defensor por el derecho a la Salud en Antioquia.


ANTONIO  JOSE CASTRO  (QEDP)

Además de ser uno de los fundadores del proceso que cristalizó en la Corporación Escuela Popular de Cultura Política Constitucional, se desempeñó como Fundador y Coordinador de la Mesa de Derechos Humanos y Paz de la Comuna 10.

CARMEN ROSA JARAMILLO
Igual que los anteriores, Rosita es pionera en la formación de la Escuela y hoy destacada activista vinculada a la Unión de Ciudadanas de Colombia capítulo Medellín, actriz, feminista comprometida y mujer ejemplo de tesón y compromiso.

WALTER SALAZAR
Por su denodado esfuerzo, sacrificio y contribución con la comunicación popular como parte del equipo de Periferia Prensa Alternativa. Comunicador, luchador y activista.

JERÓNIMO
El niño prospecto de la Escuela constitucional




martes, 24 de octubre de 2017

¿Qué es la Escuela?



La Escuela Popular de Cultura Política y Constitucional es una experiencia de origen comunitario, alimentada por el deseo de contribuir con el necesario avance de la democracia, la realización plena de los derechos humanos, la protección y cuidado del medio ambiente y el logro de la justicia social y la equidad de género, soñados por hombres y mujeres vinculados a diferentes procesos comunitarios y sociales en la ciudad de Medellín.  

Esta escuela tiene más de quince años de ejercicio y ha venido en un proceso persistente para la formación política en la ciudad.  Durante el año 2015 avanzamos en la decisión de constituirnos legalmente aprobando nuestros estatutos y realizando los registros ante las entidades correspondientes con el firme propósito de profundizan los avances logrados en el proceso pedagógico y formativo con miras a fortalecer este espacio de reflexión crítica sobre las problemáticas de ciudad y de país en aspectos que abarcan lo económico, social, cultural, ambiental, jurídico.

Es nuestro interés continuar nuestro proceso de difusión de la cultura constitucional no solo en Medellín y Antioquía, sino también en todo el país, promoviendo su inserción en la corriente global más avanzada del pensamiento constitucional.

¿Por qué Escuela Popular?

Desde 1995 esta comunidad se ha preocupado por el estudio de la constitución en la perspectiva de que la ciudadanía comprenda y asuma la calidad de poder constituyente conforme a los mandatos de los artículos 3º y 40º.

ARTICULO  3. La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en los términos que la Constitución establece.”

“ARTICULO  40. Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político. …”

Hemos sido parte de procesos tan  importantes como la experiencia compartida con el gobierno de Guillermo Gaviria Correa y el Dr. Gilberto Echeverri Mejía, con quienes participamos de la convocatoria a la Asamblea Constituyente de Antioquia.  Desde ese entonces hemos continuado en una mayor preparación política en lo que tiene que  ver no solo con la Constitución Política de 1991, si no con lo que la misma carta considera que toda la ciudadanía debe tener como elementos mínimos: la economía, sociología, psicología, el derecho internacional, la política y la filosofía; dando cuenta hasta el día de hoy de cinco diplomados desarrollados con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, con recurso del Presupuesto Participativo gestionados y priorizados por la comunidad en la comuna 10 y en los que han actuado como operadores instituciones de reconocida idoneidad pedagógica y académica como la Corporación Región, la Universidad de Antioquia, el Colegio Mayor de Antioquia, COSUAL y la Universidad Nacional.

Preocupados por las circunstancias que atraviesa el país, en especial la crisis generada por el conflicto armado, y ante la posibilidad de una solución política negociada que detenga el desangre en vidas humanas y la barbarie que significa la guerra en la que hemos estados inmerso por más de medio siglo, nos dimos a la tarea de contribuir en la diseño del diplomado en Postconflicto que actualmente estamos desarrollando para un total de 210 beneficiarios de diferentes comunas de Medellín.

Un SÍ por la Paz!

Hoy cuando el cese del conflicto armado entre las FARC-EP y el Estado colombiano es un hechos cumplido, y se abren posibilidades serias con el ELN, mediantes acuerdos en los que las víctimas ocupan un lugar central y se avizora un panorama en que la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, así como el conjunto del “acuerdo integral” permitiría abrir paso a la construcción de una paz duradera y con justicia social, se hace más evidente la necesidad  de construir una cultura política y constitucional para la construcción de una democracia real, deliberante, robusta y respetuosa de los derechos humanos, la alfabetización política es necesaria para ayudar a la comprensión de los diferentes fenómenos que originan el conflicto y la crisis social que en nuestro caso, desencadenan en violencia y la guerra.

Desde nuestros inicios en 1995, esta ha sido la preocupación principal de la Escuela y desde esta óptica hemos proclamado y practicado la inclusión en su seno de todas la vertientes de opinión sin distingo de clase o credo político o religioso, promoviendo en el aula de clases la búsqueda de propuestas y soluciones necesarias a los conflictos existentes, todo en el marco legal y constitucional vigentes y con estricto apego a los principios constitucionales rectores de Estado Social de Derecho, Dignidad Humana y Bien Común.

En este punto el resultado más visible ha sido la formación en pedagogía constitucional que ha permitido no solo el empoderamiento de comunidades y organizaciones, sino que hoy contamos con un caudal importante de multiplicadores prestos a replicar y expandir los procesos educativos en cultura política constitucional como base para la construcción de ciudadanía, poder constituyente, democracia y paz.

Las dificultades

Uno de los mayores obstáculos en la labor de educación constitucional lo encontramos en una sociedad bastante influida por los medios masivos de comunicación que se caracterizan por la promoción de valores que eluden la comprensión de la realidad.  Desafortunadamente la confrontación, el consumismo y las divergencias ideológicas son promovidos desde estos medios de tal forma que contribuyen a que una cultura de violencia se afiance y se coloque al frente del más mínimo conflicto que se presente ya sea entre vecinos, en la familia, en la escuela, en los territorio, laborales y en todas las esferas de la vida en sociedad.

Para la Escuela es de vital importancia el estudio, comprensión y aprehensión de la Constitución Política como parte de la formación integral que requiere toda la ciudadanía. Por esta razón, a pesar de los obstáculos existentes y de las reacciones bastante pronunciadas adversas al proceso de paz, el papel de la Escuela es más que insistentes en la labor pedagógica de educación política centrada en el diálogo y el consenso como único mecanismo válido para legitimar el contrato social y el control social de la Ciudadanía.

La comunidad rural y urbana, nacional  e internacional expresan  un cansancio frente a los insumos de la guerra tales como el sectarismo ideológico, la corrupción, la violencia, el despilfarro y la indiferencia de la sociedad.
La Escuela ha contribuido enormemente a generar un clima favorable para la paz al interior de la comunidad. En los últimos  cinco años pasamos de una asistencia de 30 estudiantes a 220 estudiantes en el último diplomado desarrollado en 2015 y 210 en 2016 con una deserción poco significativa.

El esfuerzo para vincular a la comunidad a la Escuela busca convertirnos en constructores y constructoras de la Sociedad Civil de Derechos como sinónimo de Estado Social de Derecho aprobado en la constitución de 1991, ciñéndonos al mandato al Artículo 3 de la misma que ordena  a la comunidad ejercer la calidad de poder constituyente.  En esta línea es que hemos participado en la Asamblea Constituyente de Antioquia, así como en los diferentes procesos de asambleas constituyentes municipales que se han dado en el departamento de Antioquia que aún hoy se expresa en diferentes organizaciones de comunidades urbanas y rurales que siguen proclamando el objetivo del convocar asambleas constituyentes municipales.

Por una cultura de la Noviolencia

El deterioro de las condiciones que a nivel mundial ponen en riesgo la vida de la especie humana, nos hacen afianzar nuestro compromiso para que desde nuestra comunidad, desde nuestro municipio, asumamos la responsabilidad histórica contra toda forma de expresión de la violencia, incluida la violencia verbal y simbólica. La construcción de una sociedad culta comienza por proscribir del lenguaje cotidiano la palabra peyorativa, insultante y discriminatoria ya que esta es la forma como se origina la violencia en todas sus expresiones y constituye la base de las otras formas de violencia

La Escuela existe y es permanente

La Escuela Popular de Cultura Política Constitucional es un espacio de estudio y reflexión permanente en el que desarrollamos acciones culturales permanentes con esfuerzo propio que involucran la participación de reconocidas personalidades y académicos de la vida nacional y regional, entre las que se encuentran:

-       La Tertulia por la Paz cada mes, desarrollada en forma de seminarios o conversatorios sobre “Práctica política constitucional”, diálogos del gobierno con la insurgencia, procesos constituyentes de Antioquia y otros.

-     Martes Constitucionales.  Cada martes a partir de 4:00 p.m. nos reunimos a estudiar temas constitucionales entre los que sobresalen:

o   Teoría y práctica constitucional
o   Manejo de conflictos.
o   No violencia
o   Pedagogía constitucional.
o   Constitución Económica o del Modelo económico para un Estado Social de Derecho
o   Formación de Formadores en pedagogía constitucional

-     Escuela en el barrio. Mediante este proyecto buscamos acercar las comunidades barriales al estudio de la constitución, a la formación de ciudadanía, y la construcción de poder constituyente como condición para robustecer la democracia.








Una necesaria Pedagogía para la Paz y la Reconciliación

El miedo
Una mañana, nos regalaron un conejo de indias. Llegó a casa enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la jaula.  Volví a  casa al anochecer y lo encontré tal como lo había dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de la libertad.  



La necesidad de expresar una mirada sobre la Educación Popular se hace hoy más urgente y necesaria debido al papel que esta pueda jugar  en un escenario de postconflicto luego de la firma de los acuerdos en La Habana.

La Escuela Popular de Cultura Política Constitucional ha levantado una propuesta de praxis y metodológica  con más de quince años de existencia, siempre buscando la respuesta al interrogante de cómo hacer pedagogía constitucional partiendo de la práctica de las comunidades y  de cómo abordar el conocimiento de los derechos y deberes consagrados en la carta magna por parte de ciudadanos y ciudadanas, como estrategia para la superación del analfabetismo político, la construcción de una ciudadanía capaz de vivir en democracia y que contribuya a la realización del Estado Social de Derecho consagrados en la carta del 91.

La defensa del Estado Social de Derecho y el robustecimiento de la democracia, planteados desde una pedagogía para la Paz fundamentada en la educación Popular, ha sido la idea inicial que dio origen a la propuesta del Diplomado en Posconflicto.  Entre los meses de noviembre de 2015 y enero de 2016, cerca de 53 delegados y delegadas de  la Escuela, discutimos la propuesta, al calor de las ganas, del debate y del análisis juicioso. La introducción a los estudios de hermenéutica constitucional de la mano del profesor Albeiro Pulgarín nos ayudó a dilucidar los vacíos formativos y poco a poco fuimos dando cuerpo a los contenidos y las directrices para abordar el estudio de los diálogos de La Habana en el marco del análisis constitucional para hacer parte de la reflexión ciudadana sobre la construcción de la paz, desde la Escuela, con y para que ella renazca. 

Es así que nos propusimos, desarrollar un proceso pedagógico que entrelazara la academia, la investigación y la acción para forjar una cultura política y constitucional, encaminada a generar identidad en los actores sociales y políticos históricamente excluidos del poder y marginados de los beneficios del desarrollo,  para empoderarlos  a partir del reconocimiento como constituyente primario, y como sujetos de derechos y  motor de cambios.

Al  definir nuestra misión, decimos,   contribuir a la profundización de la democracia mediante la apropiación de la teoría y la practica constitucional,  enfocados en la búsqueda del bien común, del buen vivir y la dignidad de la vida humana de las mayorías,  la equidad de género,  la justicia social,  el medio ambiente y por ende la cultura de la Noviolencia.
Con estos principios rectores y apoyados en las lecturas de Paulo Freire - ese pensador latinoamericano comprometido con la vida que nos invita a “sentipensar”;  que no pensaba ideas si no en la existencia- En la Escuela concebimos la pedagogía como praxis humana que  busca  interiorizar la  “práctica de la libertad” enraizada en la vida de las comunidades; a partir de ellas y con ellas para lograr, con base a la  continua reflexión,  retomar los  propios caminos de liberación, a través de la reflexión-acción con métodos de libertad.
Freire nos enseñó la práctica de la Libertad, que buscamos desde la Escuela  Popular, lo mismo que la justicia Social de ese el otro Oprimido, para encontrar conjuntamente las condiciones  de descubrirse como sujeto de su propio destino y salir de la marginalidad.  Aquí la IAP, Investigación Acción  Participativa, que desarrolló el Sociólogo Orlando Fals Borda, cobra total vigencia y pone en conversación la  acción liberadora de oprimido y opresor.

Estas reflexiones tomadas de Prácticas de Libertad de Paulo Freire, son el horizonte para plantear los fundamentos de la Escuela Popular  invitándonos a impedir el congelamiento del corazón con las injusticias y las necesidades del ser humano. Pensar en  una búsqueda menos personal: por unos principios fundamentales de dignidad humana, en una política de cambio estructural, con ello lograremos en una sociedad aún anclada en la tradición, como la colombiana, transformarnos desde esos anhelos libertarios.

Nuestra perspectiva es la de una Escuela abierta, flexible, vivencial, experiencial y laica. Partimos  de la acción comunicativa,  más que de la teorización. Es por eso que se hacen necesarios los acuerdos, los diálogos, la alegría, la fiesta, los encuentros; desde ahí hacer consenso y poner en práctica, esas búsquedas compartidas en las que seguimos pensando también las Mujeres. En cada espacio, retomamos los anhelos que siempre nos hacen  mover,  círculos de palabra, talleres de concienciación, debates, conversas y juntancias; para poder convivir en un mundo  donde las desigualdades no cambian, porque seguimos  insistiendo y resistiendo  en esa construcción colectiva.

Es por esto que proponemos una cátedra de   Pedagogía Constitucional para la Paz, comenzando por los niños, las niñas y la juventud, quienes han padecido las mayores formas de violencias; abrir una puerta para la reflexión,  con las y los adultos mayores,  donde se propicien oportunidades que permitan aprender y desaprender, donde  cuenten sus  experiencias; sus aprendizajes, ritmos y saberes; para que intervengan y participen en propuestas que  invitan a convivir con la dignidad del ser humano,  con la Justicia Social,  y se conviertan en norte para vivir en paz.

Si pensamos libremente y con las ganas del corazón, podemos aprovechar otras formas para crear  colectivamente, desde la lúdica, contar experiencias y testimonios,  que cobran fuerza, con libertad, con imaginación, al ritmo del tambor, con intuición, mezcla de un profundo compromiso con la vida; que ayudan a sanar tanta barbarie, y a co-crear una pedagogía para el amor y la ternura y para la Paz con Justicia Social.

Escuchar los titulares como el fin de la guerra en Colombia también nos hace soñar con la posibilidad de poder ser libres y ser felices en nuestro país que lo tiene todo y en el que varias generaciones nos hemos levantado sintiendo y viviendo los horrores de la guerra, pero también los horrores de la miseria, del abandono, de la explotación, de la marginación, de la desigualdad social.  Por un momento estos titulares nos hacen soñar que vivimos en el país de las oportunidades, en el país de la vida digna; en el país de la autodeterminación de los pueblos...esto  ¡nos hace abogar para que esos cien años de soledad no se repitan