¿Qué es la Escuela?
La Escuela Popular de Cultura
Política y Constitucional es una experiencia de origen comunitario, alimentada
por el deseo de contribuir con el necesario avance de la democracia, la
realización plena de los derechos humanos, la protección y cuidado del medio
ambiente y el logro de la justicia social y la equidad de género, soñados por
hombres y mujeres vinculados a diferentes procesos comunitarios y sociales en
la ciudad de Medellín.
Esta escuela tiene más de quince años de ejercicio y ha venido en un
proceso persistente para la formación política en la ciudad. Durante el año 2015 avanzamos en la decisión
de constituirnos legalmente aprobando nuestros estatutos y realizando los
registros ante las entidades correspondientes con el firme propósito de profundizan los
avances logrados en el proceso pedagógico y formativo con miras
a fortalecer este espacio de reflexión crítica sobre las problemáticas de
ciudad y de país en aspectos que abarcan lo económico, social, cultural,
ambiental, jurídico.
Es nuestro interés
continuar nuestro proceso de difusión de la cultura constitucional no solo en
Medellín y Antioquía, sino también en todo el país, promoviendo su inserción en
la corriente global más avanzada del pensamiento constitucional.
¿Por qué Escuela Popular?
Desde 1995 esta comunidad se ha
preocupado por el estudio de la constitución en la perspectiva de que la
ciudadanía comprenda y asuma la calidad de poder constituyente conforme a los
mandatos de los artículos 3º y 40º.
“ARTICULO 3. La
soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público.
El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en los
términos que la Constitución establece.”
“ARTICULO 40. Todo
ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control
del poder político. …”
Hemos sido parte de procesos tan importantes como la experiencia compartida
con el gobierno de Guillermo Gaviria Correa y el Dr. Gilberto Echeverri Mejía,
con quienes participamos de la convocatoria a la Asamblea Constituyente de
Antioquia. Desde ese entonces hemos
continuado en una mayor preparación política en lo que tiene que ver no solo con la Constitución Política de
1991, si no con lo que la misma carta considera que toda la ciudadanía debe
tener como elementos mínimos: la economía, sociología, psicología, el derecho
internacional, la política y la filosofía; dando cuenta hasta el día de hoy de
cinco diplomados desarrollados con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, con
recurso del Presupuesto Participativo gestionados y priorizados por la
comunidad en la comuna 10 y en los que han actuado como operadores instituciones
de reconocida idoneidad pedagógica y académica como la Corporación Región, la
Universidad de Antioquia, el Colegio Mayor de Antioquia, COSUAL y la Universidad
Nacional.
Preocupados
por las circunstancias que atraviesa el país, en especial la crisis generada
por el conflicto armado, y ante la posibilidad de una solución política
negociada que detenga el desangre en vidas humanas y la barbarie que significa
la guerra en la que hemos estados inmerso por más de medio siglo, nos dimos a
la tarea de contribuir en la diseño del diplomado en Postconflicto que
actualmente estamos desarrollando para un total de 210 beneficiarios de
diferentes comunas de Medellín.
Un
SÍ por la Paz!
Hoy
cuando el cese del conflicto armado entre las FARC-EP y el Estado colombiano es
un hechos cumplido, y se abren posibilidades serias con el ELN, mediantes
acuerdos en los que las víctimas ocupan un lugar central y se avizora un
panorama en que la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no
repetición, así como el conjunto del “acuerdo integral” permitiría abrir paso a
la construcción de una paz duradera y con justicia social, se hace más evidente
la necesidad de construir una cultura
política y constitucional para la construcción de una democracia real,
deliberante, robusta y respetuosa de los derechos humanos, la alfabetización política
es necesaria para ayudar a la comprensión de los diferentes fenómenos que
originan el conflicto y la crisis social que en nuestro caso, desencadenan en
violencia y la guerra.
Desde nuestros inicios en 1995, esta
ha sido la preocupación principal de la Escuela y desde esta óptica hemos
proclamado y practicado la inclusión en su seno de todas la vertientes de
opinión sin distingo de clase o credo político o religioso, promoviendo en el
aula de clases la búsqueda de propuestas y soluciones necesarias a los
conflictos existentes, todo en el marco legal y constitucional vigentes y con
estricto apego a los principios constitucionales rectores de Estado Social de
Derecho, Dignidad Humana y Bien Común.
En este punto el resultado más visible
ha sido la formación en pedagogía constitucional que ha permitido no solo el
empoderamiento de comunidades y organizaciones, sino que hoy contamos con un
caudal importante de multiplicadores prestos a replicar y expandir los procesos
educativos en cultura política constitucional como base para la construcción de
ciudadanía, poder constituyente, democracia y paz.
Las dificultades
Uno
de los mayores obstáculos en la labor de educación constitucional lo
encontramos en una sociedad bastante influida por los medios masivos de
comunicación que se caracterizan por la promoción de valores que eluden la
comprensión de la realidad.
Desafortunadamente la confrontación, el consumismo y las divergencias
ideológicas son promovidos desde estos medios de tal forma que contribuyen a
que una cultura de violencia se afiance y se coloque al frente del más mínimo conflicto
que se presente ya sea entre vecinos, en la familia, en la escuela, en los territorio,
laborales y en todas las esferas de la vida en sociedad.
Para
la Escuela es de vital importancia el estudio, comprensión y aprehensión de la Constitución Política como parte de la formación
integral que requiere toda la ciudadanía. Por esta razón, a pesar de los
obstáculos existentes y de las reacciones bastante pronunciadas adversas al
proceso de paz, el papel de la Escuela es más que insistentes en la labor
pedagógica de educación política centrada en el diálogo y el consenso como
único mecanismo válido para legitimar el contrato social y el control social de
la Ciudadanía.
La comunidad rural y urbana, nacional e internacional expresan un cansancio frente a los insumos de la
guerra tales como el sectarismo ideológico, la corrupción, la violencia, el
despilfarro y la indiferencia de la sociedad.
La Escuela ha contribuido enormemente a generar un clima
favorable para la paz al interior de la comunidad. En los últimos cinco años pasamos de una asistencia de 30
estudiantes a 220 estudiantes en el último diplomado desarrollado en 2015 y 210
en 2016 con una deserción poco significativa.
El
esfuerzo para vincular a la comunidad a la Escuela busca convertirnos en
constructores y constructoras de la Sociedad Civil de Derechos como sinónimo de
Estado Social de Derecho aprobado en la constitución de 1991, ciñéndonos al
mandato al Artículo 3 de la misma que ordena
a la comunidad ejercer la calidad de poder constituyente. En esta línea es que hemos participado en la
Asamblea Constituyente de Antioquia, así como en los diferentes procesos de
asambleas constituyentes municipales que se han dado en el departamento de
Antioquia que aún hoy se expresa en diferentes organizaciones de comunidades
urbanas y rurales que siguen proclamando el objetivo del convocar asambleas
constituyentes municipales.
Por
una cultura de la Noviolencia
El
deterioro de las condiciones que a nivel mundial ponen en riesgo la vida de la
especie humana, nos hacen afianzar nuestro compromiso para que desde nuestra
comunidad, desde nuestro municipio, asumamos la responsabilidad histórica
contra toda forma de expresión de la violencia, incluida la violencia verbal y
simbólica. La construcción de una sociedad culta comienza por proscribir del
lenguaje cotidiano la palabra peyorativa, insultante y discriminatoria ya que
esta es la forma como se origina la violencia en todas sus expresiones y
constituye la base de las otras formas de violencia
La Escuela existe y es permanente
La Escuela Popular de Cultura Política
Constitucional es un espacio de estudio y reflexión permanente en el que desarrollamos
acciones culturales permanentes con esfuerzo propio que involucran la
participación de reconocidas personalidades y académicos de la vida nacional y
regional, entre las que se encuentran:
- La Tertulia por la
Paz cada mes, desarrollada en forma de
seminarios o conversatorios sobre “Práctica política constitucional”, diálogos
del gobierno con la insurgencia, procesos constituyentes de Antioquia y otros.
- Martes Constitucionales. Cada martes a partir de 4:00 p.m. nos
reunimos a estudiar temas constitucionales entre los que sobresalen:
o Teoría
y práctica constitucional
o Manejo
de conflictos.
o No
violencia
o Pedagogía
constitucional.
o Constitución
Económica o del Modelo económico para un Estado Social de Derecho
o Formación
de Formadores en pedagogía constitucional
- Escuela en el
barrio. Mediante este proyecto buscamos acercar las
comunidades barriales al estudio de la constitución, a la formación de
ciudadanía, y la construcción de poder constituyente como condición para robustecer
la democracia.
Una necesaria
Pedagogía para la Paz y la Reconciliación
El miedo
Una mañana, nos regalaron un conejo de
indias. Llegó a casa enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la
jaula. Volví a casa al anochecer y
lo encontré tal como lo había dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes,
temblando del susto de la libertad.
La
necesidad de expresar una mirada sobre la Educación Popular se hace hoy más
urgente y necesaria debido al papel que esta pueda jugar en un escenario de postconflicto luego de la
firma de los acuerdos en La Habana.
La Escuela Popular de
Cultura Política Constitucional ha levantado una propuesta de praxis y
metodológica con más de quince años de
existencia, siempre buscando la respuesta al interrogante de cómo hacer pedagogía
constitucional partiendo de la práctica de las comunidades y de cómo abordar el conocimiento de los
derechos y deberes consagrados en la carta magna por parte de ciudadanos y
ciudadanas, como estrategia para la superación del analfabetismo político, la
construcción de una ciudadanía capaz de vivir en democracia y que contribuya a
la realización del Estado Social de Derecho consagrados en la carta del 91.
La
defensa del Estado Social de Derecho y el robustecimiento de la democracia,
planteados desde una pedagogía para la Paz fundamentada en la educación
Popular, ha sido la idea inicial que dio origen a la propuesta del Diplomado en
Posconflicto. Entre los meses de
noviembre de 2015 y enero de 2016, cerca de 53 delegados y delegadas de la Escuela, discutimos la propuesta, al calor
de las ganas, del debate y del análisis juicioso. La introducción a los
estudios de hermenéutica constitucional de la mano del profesor Albeiro
Pulgarín nos ayudó a dilucidar los vacíos formativos y poco a poco fuimos dando
cuerpo a los contenidos y las directrices para abordar el estudio de los
diálogos de La Habana en el marco del análisis constitucional para hacer parte
de la reflexión ciudadana sobre la construcción de la paz, desde la Escuela,
con y para que ella renazca.
Es
así que nos propusimos, desarrollar un proceso pedagógico que entrelazara la
academia, la investigación y la acción para forjar una cultura política y
constitucional, encaminada a generar identidad en los actores sociales y
políticos históricamente excluidos del poder y marginados de los beneficios del
desarrollo, para empoderarlos a partir del reconocimiento como
constituyente primario, y como sujetos de derechos y motor de cambios.
Al definir nuestra misión, decimos, contribuir a la profundización de la
democracia mediante la apropiación de la teoría y la practica
constitucional, enfocados en la búsqueda
del bien común, del buen vivir y la dignidad de la vida humana de las mayorías, la equidad de género, la justicia social, el medio ambiente y por ende la cultura de la
Noviolencia.
Con
estos principios rectores y apoyados en las lecturas de Paulo Freire - ese pensador latinoamericano comprometido
con la vida que nos invita a “sentipensar”;
que no pensaba ideas si no en la existencia- En la Escuela concebimos
la pedagogía como praxis humana que busca interiorizar la
“práctica de la libertad” enraizada en la vida de las comunidades; a
partir de ellas y con ellas para lograr, con base a la continua reflexión, retomar los propios caminos de
liberación, a través de la reflexión-acción con métodos de libertad.
Freire
nos enseñó la práctica de la Libertad, que buscamos desde la Escuela Popular, lo mismo que la justicia Social de
ese el otro Oprimido, para encontrar conjuntamente las condiciones de
descubrirse como sujeto de su propio destino y salir de la marginalidad.
Aquí la IAP, Investigación Acción
Participativa, que desarrolló el Sociólogo Orlando Fals Borda, cobra
total vigencia y pone en conversación la
acción liberadora de oprimido y opresor.
Estas
reflexiones tomadas de Prácticas de Libertad de Paulo Freire, son el horizonte
para plantear los fundamentos de la Escuela Popular invitándonos a impedir el congelamiento del
corazón con las injusticias y las necesidades del ser humano. Pensar
en una búsqueda menos personal: por unos principios fundamentales de
dignidad humana, en una política de cambio estructural, con ello
lograremos en una sociedad aún anclada
en la tradición, como la colombiana, transformarnos
desde esos anhelos libertarios.
Nuestra
perspectiva es la de una Escuela abierta, flexible, vivencial, experiencial y
laica. Partimos de la acción
comunicativa, más que de la teorización.
Es por eso que se hacen necesarios los acuerdos, los diálogos, la alegría, la fiesta,
los encuentros; desde ahí hacer consenso y poner en práctica, esas
búsquedas compartidas en las que seguimos pensando también las Mujeres. En cada
espacio, retomamos los anhelos que siempre nos hacen mover, círculos de palabra, talleres de
concienciación, debates, conversas y juntancias; para poder convivir en un
mundo donde las desigualdades no cambian, porque seguimos insistiendo y resistiendo en esa
construcción colectiva.
Es por esto que proponemos una cátedra de Pedagogía Constitucional para la Paz, comenzando por los niños,
las niñas y la juventud, quienes han padecido las mayores formas de violencias;
abrir una puerta para la reflexión, con las y los adultos mayores,
donde se propicien oportunidades que permitan
aprender y desaprender, donde
cuenten sus
experiencias; sus aprendizajes, ritmos y saberes; para que intervengan y
participen en propuestas que invitan a convivir con la dignidad del ser
humano, con la Justicia Social, y se conviertan en norte para vivir
en paz.
Si
pensamos libremente y con las ganas del corazón, podemos aprovechar otras
formas para crear colectivamente, desde
la lúdica, contar experiencias y testimonios,
que cobran fuerza, con libertad, con imaginación, al ritmo del tambor,
con intuición, mezcla de un profundo compromiso con la vida; que ayudan a sanar
tanta barbarie, y a co-crear una pedagogía para el amor y la ternura y para la
Paz con Justicia Social.
Escuchar los titulares como
el fin de la guerra en Colombia también nos hace soñar con la posibilidad de
poder ser libres y ser felices en nuestro país que lo tiene todo y en el que
varias generaciones nos hemos levantado sintiendo y viviendo los horrores de la
guerra, pero también los horrores de la miseria, del abandono, de la
explotación, de la marginación, de la desigualdad social. Por un momento estos titulares nos hacen
soñar que vivimos en el país de las oportunidades, en el país de la vida digna;
en el país de la autodeterminación de los pueblos...esto ¡nos hace abogar para que esos cien años de
soledad no se repitan
Gracias Manuel quería recordar que este artículo lo escribí es de mi Autoría, por qué no aparece?
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